Sandbox-Haciendo castillos sobre la arena

Sandbox-Haciendo castillos sobre la arena

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El espíritu del sandbox es crear un entorno para que las empresas prueben productos con un menor riesgo de ser "castigados" por el regulador. A cambio, los reguladores requieren que los solicitantes incorporen salvaguardas apropiadas. Se trata de crear un espacio aislado reglamentario en el que se apliquen normas y reglamentos.

En mi opinión una gran desventaja de los sanboxes es que su estandarización constituye una barrera a la innovación dado que estamos exigiendo a los participantes del mercado que expresen su valor añadido en un formato muy predefinido. Es posible que esto sea rentable para los participantes y eficaz en cuanto a recursos para los reguladores, sin embargo, al tiempo que proporcionan transparencia, hace que sus procesos sean extremadamente analógicos por una monitorización demasiado “enlatada”.

Los sandboxes deberían ser más inteligentes de tal manera que pudieran adaptarse y auto monitorizarse, en lugar de ser aplicaciones impulsadas por procesos predefinidos y sometidos a la presión de un tiempo limitado. Cuando las condiciones impuestas a los beneficiarios de sandbox son demasiado estrictas, el entorno limitado puede no promover una innovación significativa. Por este motivo, un espacio aislado deberá ir acompañado de otras herramientas, de regulación inteligente, con una legislación que reduzca el riesgo de litigio por incumplimiento de las funciones de supervisión de un regulador, en un entorno que facilite el intercambio de conocimientos en ambas direcciones y con un enfoque regulatorio amistoso.

Como consecuencia de la crisis de 2008, desde un punto de vista regulatorio, hemos pasado de un laissez faire a reglas orientadas a la protección de los consumidores, más allá de las fricciones y de la hipótesis de mercados eficientes. Esto ha conllevado a un mayor encorsetamiento que inevitablemente salpica al ámbito regulatorio de las sandboxes y en consecuencia ralentiza la aceleración de la I+D+i.

La cuestión es: ¿Regulamos antes de la innovación o permitimos que la innovación se desarrolle y luego, si es necesario, regulamos su desarrollo? Y me gustaría mencionar el caso de China en donde a menudo se le aplaude por haber adoptado en sus inicios, un diseño de laissez faire antes de elaborar un enfoque integral del sistema reglamentario para el nuevo entorno. El enfoque permitió a los participantes en el mercado probar sin repercusiones inmediatas en el regulador. En la práctica, esto hizo que fuera innecesario regular las sandbox ya que ¡¡¡ la propia China en su conjunto representaba una sandbox !!! Sin embargo, China no ha persistido en su laissez faire después de que Alibaba Group emitiera nuevos productos y se convirtiera en el cuarto fondo del mercado monetario más grande del mundo (90 mil millones de dólares), que creció en tan solo sólo nueve meses, y ahora es el más grande. Esta falta de visibilidad inicial y comprensión regulatoria del mercado ha empujado a China a buscar una nuevo y completo enfoque regulatorio, que siendo más estricto que antes, es más equilibrado y pro innovación que en muchos otros países.

Incluso en ausencia de normas prescriptivas, la regulación puede debilitar la innovación, ya que el establecimiento de nuevas empresas potencialmente innovadoras es más caro en un entorno estrictamente regulado que en uno acomodaticio.

Aunque los defensores de los mercados libres a menudo califican la regulación como un coste innecesario para las empresas, en mi opinión, las regulaciones aportan dos beneficios importantes: además de proteger a los consumidores y prevenir las crisis financieras, normalizan y reducen los costes. Incluso en el contexto hipótético de mercados eficientes, las reglamentaciones que requieren divulgación a menudo desempeñan un papel importante al crear más certeza empresarial y favorecer economías de escala.

Otro aspecto para considerar es que, el apoyo a la innovación competitiva en el marco de las sandboxes, no debería estar reservado a jurisdicciones plenamente desarrolladas (UE y EUU, Australia, Canadá). Deberá ampliarse a países con mercados emergentes como Kenia, Uganda o la India. También debemos ser conscientes de que, geopolíticamente, los sistemas represivos restringen la innovación, el desarrollo y el crecimiento económico. Siguiendo el ejemplo de Australia en lo relativo a las transacciones de pequeño volumen, creo que deberán hacerse más flexibles las normas para la pequeñas y medianas empresas (otro ejemplo paradigmático podría ser la corona del Reino Unido de Jersey en relación con las monedas digitales). La normalización ofrece beneficios de escala y, como tal, es atractiva en los grandes mercados (por ejemplo, la Unión Europea), pero en menor medida para los reguladores de mercados más pequeños. Cualquier alejamiento a de los enfoques reglamentarios armonizados pondrá en duda si el sistema jurídico de una jurisdicción es equivalente en forma y sustancia a los de otras jurisdicciones, lo que podría obstaculizar el acceso mundial y, sin duda, aumentar los costes de cumplimiento al abordarse una difuminación en el resto de los mercados.

Creo que el aspecto regulatorio de las sandbox tendría que adecuarse para cada caso de uso de tal manera que los reguladores puedan establecer un marco de actividades en el que los participantes puedan beneficiarse de cierta tolerancia regulatoria asegurándose de que, si bien, ciertas normas no se aplican, los principios subyacentes al reglamento se respetan. Se trata de identificar conductas que representen riesgos menores y que puedan ser buena prácticas de mercado. Un ejemplo podría ser EE. UU., Luxemburgo, Hong Kong y Alemania en lo relativo la supervisión efectuada sobre determinadas empresas de seguros. Por el otro lado un enfoque de exención parcial es difícil de aplicar, a medida que aumenta el número y la variedad de actores potenciales que solicitan exenciones y aumenta la presión sobre la capacidad regulatoria para procesar estas solicitudes. Además de los costos de las evaluaciones de cada caso de uso, es difícil garantizar la igualdad de trato de los participantes y conlleva a eventuales errores, que podrían falsear la competencia y derivar en una disfuncionalidad de los servicios analizados.

Los espacios aislados no pueden sustituir a un modelo de negocio sólido. Sólo pueden funcionar correctamente cuando existe una base sólida de experiencia que satisfaga la apertura regulatoria y la demanda del mercado. Creo que los entornos sandbox reglamentarios no son más que un paso inicial en un proceso que con el tiempo abarcará nuevos sistemas reguladores inteligentes digitalizados.

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